Para el rey - David, el autor del salmo.

Confía en el Señor - Todas estas bendiciones han resultado de su confianza en Dios y de buscarle su favor y protección.

Y a través de la misericordia del Altísimo - El favor de Aquel que está exaltado sobre todo; El Ser más exaltado del universo. La palabra "misericordia" aquí es equivalente a "favor". Él ya había experimentado el favor de Dios; buscó su continuación; y a través de ese favor estaba seguro de que nunca se vería sacudido en sus propósitos y que nunca se sentiría decepcionado.

No debe ser movido - Debe estar firmemente establecido. Es decir, su trono sería firme; él mismo viviría una vida de integridad, pureza y prosperidad; y las promesas que le habían hecho con tanta gracia y que se habían extendido hasta el futuro, se cumplirían todas. La verdad que se enseña aquí es que, por firme o próspero que parezca ser nuestro camino, la continuidad de nuestra prosperidad y la realización de nuestras esperanzas y nuestros diseños dependen totalmente de la "misericordia" o del favor del Altísimo. Confiando en eso, podemos sentirnos seguros de que cualquier cambio e inversión que podamos experimentar en nuestros asuntos temporales, nuestro bienestar final será seguro. Nada puede sacudir una esperanza del cielo que se basa en sus bondadosas promesas hechas a través de un Salvador.

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