Y si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto a causa del pecado; mas el espíritu es vida a causa de la justicia. [Que la mente carnal conduce a la muerte es obvio, porque la mente de la carne se opone al Dios de la vida, ya que no solo no está sujeta a él, sino que no puede sujetarse a él: así que los que la acarician no pueden complacerlo. La mente del hombre debe cambiar de carnal a espiritual, y debe dejar de servir a la carne antes de que pueda servir a Dios.

Pero vosotros, los cristianos romanos, no sois de mente carnal, sino espiritual, si en verdad sois verdaderamente regenerados, para que el Espíritu de Dios habite en vosotros. Si no tenéis el Espíritu Santo que procede de Cristo, no sois regenerados, no sois suyos. Y aunque Cristo mora en ti (representativamente por medio de su Espíritu), tu cuerpo está condenado a la muerte natural (y por lo tanto debe ser contado como ya muerto) a causa del pecado (de Adán); sin embargo, vuestro espíritu vive porque es justificado y tenido por justo (a causa de Cristo).]

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