Estos vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono; y los veinticuatro ancianos que representan a los redimidos de la tierra, se postran ante el que vive por los siglos de los siglos y echan sus coronas delante del trono diciendo: "Digno eres, Señor, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todo cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas". Dios como Creador es soberano y omnipotente.

Así que el capítulo se cierra con un gran estallido de alabanza a Dios, que es todo en todo en el cielo y en la tierra. Dios los ha creado a todos, y su creación misma expresa su deseo por su bien y felicidad, y también su autoridad sobre todos, y su poder para bendecir y salvar, y hacerles bien. ¿En sus manos quién puede dañar?

Esta es la primera visión de John en esta serie. Es una visión del cielo y de Dios. Ese es un buen punto de partida. Desde este punto de vista, vemos todas las cosas bajo la luz correcta y estimamos todas las cosas en su valor apropiado. Y si estos primeros cristianos estaban siendo llamados a enfrentarse a la persecución, la prisión, el fuego y la muerte, podemos apreciar la idoneidad de esta escena introductoria para reafirmarlos en su próximo bautismo de sangre.

Dios es su Dios y Creador, y toda bendición y todo destino descansan en él. Es bueno recordar, además, a medida que avanzamos en este libro, que Juan está viendo estas visiones en el cielo aunque tienen que ver con la tierra y el tiempo.

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