Siendo perfeccionado ; habiendo superado triunfalmente el curso de sufrimiento señalado para él, y así llegar a ser perfecto como nuestro Salvador. Aunque Cristo ha abierto un camino de salvación y nos ordena que lo demos a conocer a todos, cada uno por sí mismo debe entrar y continuar caminando en él, o no puede ser salvo.

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Antiguo Testamento