Siéntate en el reino de Dios ; literalmente, reclinarse en el reino de Dios, como en una fiesta gozosa. La salvación de los hombres no depende ni de su posición exterior ni del número o variedad de sus privilegios, sino de la manera en que los mejoran. Muchos que han tenido pequeñas ventajas, y además han sido despreciados y descuidados, se salvarán, porque han aprovechado fielmente sus oportunidades; mientras que otros, que han tenido grandes ventajas pero las han descuidado, se perderán. Así, el contraste entre la posición de los hombres en este mundo y en el mundo venidero será, en muchos casos, inconcebiblemente grande.

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