Paráfrasis. Cuando me encuentre escribiendo desde Macedonia antes de que haya tenido una visita, puede pensar que soy cambiante y caprichoso. (18) Pero les aseguro solemnemente que no me desvío fácilmente de mis propósitos. (19) Ustedes saben que el Cristo que predico es verdadero y fiel, (20) porque las promesas de Dios que Él trajo al mundo son inmutables y seguras. (21) Bien, entonces, es Dios quien nos ha designado para proclamar estas promesas (22), y nos ha marcado para los suyos por el don de su Espíritu. (23) Como él es firme en su propósito, así somos nosotros sus mensajeros. (24) Porque no tengo ningún deseo de enseñorearse de ti, sino solo de ayudar a tu vida cristiana.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad