Horeb ] ver pág. 31. La tradición identifica la roca con un gran fragmento desprendido bajo la cresta de Ras es-Sufsafeh. Esto, sin embargo, está muy lejos del supuesto sitio de Eephidim. Al mismo tiempo, se representa a Moisés y los ancianos avanzando delante del pueblo, de modo que el pueblo no obtuvo el agua de la roca, sino a cierta distancia del arroyo que fluía de ella. Si el arroyo continuaba fluyendo durante algún tiempo, como parece natural suponer, quizás durante los once meses de la estadía en ese barrio, la gente lo bebería en varios puntos. Este es probablemente el origen de la leyenda rabínica, a la que alude San Pablo ( 1 Corintios 10:4), que la roca siguió a los israelitas en su marcha. El apóstol espiritualiza la roca, convirtiéndola en un tipo de Cristo, de quien fluye un perenne torrente de gracia a su pueblo.

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