He aquí, yo estaré delante de ti allí sobre la peña de Horeb, cuyas colinas se extienden hasta los alrededores del campamento; y herirás la peña, y de ella saldrá agua para que beba el pueblo. Dios le aseguró a Moisés su presencia y definitivamente le prometió un milagro. Y lo hizo Moisés ante los ojos de los ancianos de Israel. Fueron testigos del milagro y pudieron testificar ante la gente sobre la forma en que se había producido el agua.

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