Caín y Abel. Los descendientes de Caín

La narración, que forma parte del documento Primitivo, muestra de manera impresionante cómo el pecado, habiendo aparecido una vez, se convirtió en hereditario en la raza humana y rápidamente se desarrolló en su forma más repugnante. Sus detalles permiten ver cómo los celos, cuando se complacen, conducen al odio y al asesinato, y violan no solo los lazos de humanidad sino los del afecto familiar; cómo el pecador desecha todo respeto por la verdad y sus obligaciones naturales; cómo el progreso en el pecado se suma a la miseria de la suerte del hombre; y "la conciencia nos convierte a todos en cobardes". Las verdades que se enseñan son que Dios mira los corazones de sus adoradores, busca contener al pecador antes de que ceda a la pasión, marca la muerte del inocente y mitiga amablemente su castigo cuando se busca su misericordia.
La historia está vagamente ligada a la del Paraíso. Supone que ya hay una población considerable en el mundo, porque no se da ninguna explicación de dónde obtuvo Caín a su esposa, o quiénes eran las personas cuya venganza temía. Presupone la institución del sacrificio, del que nada se ha dicho anteriormente, y de la venganza de sangre. Se han sugerido varias soluciones a estas dificultades, pero los estudiosos suponen ahora en general que la historia ocupó originalmente una posición más tardía entre las tradiciones que aquella en la que la encontramos.

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