Por tanto, mi amado, &C. Para comprender lo que sigue, parece necesario suponer que los corintios, en su carta, plantearon tres preguntas al apóstol acerca de las carnes sacrificadas a los ídolos. 1º, ¿Podrían entrar inocentemente con sus conocidos paganos al templo del ídolo y participar de las fiestas de los sacrificios que se comían allí en honor del ídolo? 2d: ¿Podrían comprar y comer carne vendida en los mercados que había sido sacrificada a los ídolos? 3D. ¿Si, cuando se les invitara a las casas de los paganos, pudieran comer de las carnes sacrificadas a los ídolos, que se les ofrecían como comida común? A la primera de estas preguntas respondió el apóstol, cap. 8., que se unieron a los paganos en sus fiestas sobre los sacrificios en el templo del ídolo, incluso bajo el supuesto de que era una cosa en sí misma inocente, podría ser una piedra de tropiezo para sus hermanos débiles, en cuyo caso debería evitarse; pero si tal práctica era algo inocente o pecaminoso en sí mismo, no lo consideró en esa ocasión.

Aquí, por tanto, reanuda el tema, para tratarlo en profundidad y responder a las otras preguntas que le propusieron los corintios en relación con ese asunto. Huid de la idolatría y de todo acercamiento a ella, cualesquiera que sean las circunstancias de atractivo o peligro que parezcan abogar por cierto grado de cumplimiento. Hablo como a sabios . Utilizo un argumento racional, que soportará el examen más estricto, y que estoy dispuesto a que sea examinado con la precisión que desee; juzgarte , pues, lo que digoLo que adelanto, para mostrarles que el comer de los sacrificios en el templo del ídolo es, o conduce a, una adoración real del ídolo: y que, por lo tanto, naturalmente traerá culpa a su conciencia, por tales asociaciones y participaciones de sus fiestas idólatras.

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