Viendo que el Señor te ha impedido venir a derramar sangre, nada podría decirse a David con más efecto, para apagar su ira, que para insinuar así una opinión de su bondad y clemencia, como para concluir que ella lo había desviado de su propósito; o, más bien, que Dios se había interpuesto por su buena providencia para impedirle derramar sangre. Ahora sean tus enemigos como NabalQue sean tan despreciables como lo es Nabal, y lo serán por esta odiosa acción; que sean tan incapaces de hacerte daño como él; que se vean obligados a ceder ante ti ya implorar tu perdón, como ahora lo hace Nabal por mi boca; que la venganza que proyectaste sobre Nabal y su familia caiga sobre sus cabezas, quienes, por su inveterada malicia contra ti, la merecen más que este tonto por este aborto espontáneo; y mucho más que todo el resto de nuestra familia, quienes, como no son enemigos tuyos, tampoco fueron culpables de esta mala acción. Y, por tanto, perdona a estos y ejecuta tu venganza sobre objetos más apropiados.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad