El pasaje debe expresarse de la siguiente manera: "Y ahora mi señor, como vive el Señor y como vive tu alma", es "el Señor" el que "te ha impedido venir" a la culpabilidad de la sangre (como en 1 Samuel 25:33), "y de salvarte con tu propia mano;" y "ahora" todos los "tus enemigos" serán como Nabal (a quien ella considera absolutamente impotente para lastimar a David, y como ya se humilló completamente ante él), y (así será) todos "que buscan el mal para mi Señor".

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