Ahora pues, señor mío, vive Jehová, y vive tu alma, que Jehová te ha impedido venir a derramar sangre, y vengarte con tu propia mano, ahora tus enemigos y los que buscan el mal contra mi Señor, sé como Nabal.

Que tus enemigos... sean como Nabal, sean tan insensatos y despreciables como él.

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