Mientras estaban enterrando a un hombre llevándolo a su tumba; vieron a un grupo de hombres, un grupo de moabitas, que venía hacia ellos, pero a cierta distancia; y arrojaron al hombre en el sepulcro de Eliseo. Estando este sepulcro cerca del lugar donde estaban entonces, quitaron alguna piedra, o abrieron alguna puerta, y apresuradamente arrojaron el cadáver en él; por temor a que, si se dirigían al lugar donde estaba preparada una tumba, cayeran en manos de los moabitas. Y cuando el hombre fue bajado Su cuerpo, o el ataúd en el que fue puesto; y tocó los huesos de Eliseo, revivió y se puso de pieEste gran milagro, realizado no por los huesos de Eliseo, en el que no podría haber un poder innato para producir tal efecto, sino por el poder omnipotente de Dios, fue indudablemente destinado a diversos propósitos importantes; como, primero, para honrar a ese gran y santo profeta; y fue un honor singular, no muy inferior al conferido a Elías cuando fue trasladado. Elías fue honrado con su partida; Eliseo despuéssu partida. Por tanto, Dios dispensa honores como le place. 2d, Para sellar y confirmar su doctrina y profecías, y así refutar la falsa doctrina y la adoración de los israelitas. 3d, Para fortalecer la fe de Joás y de los israelitas en las promesas que les había hecho de triunfar contra los sirios. Y, cuarto, en medio de todas sus calamidades para consolar a los israelitas que eran seguidores de Eliseo, con la esperanza de esa vida eterna, de la cual la resurrección de este hombre muerto era una promesa manifiesta, y para despertar al pueblo al debido cuidado por y preparación para ello. Según Calmet, esto fue además un símbolo y profecía de la resurrección de Jesucristo, con esta diferencia, y muy poderosa, que Eliseo resucitó un cadáver sin resucitar a sí mismo, mientras que el Señor Jesús no solo se resucitó a sí mismo,

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