El alma del rey David deseaba ir a Absalón para visitarlo o enviar a buscarlo. ¡Qué asombrosa debilidad era esta! Al principio no pudo encontrar en su corazón hacer justicia al violador de su hermana; ¡y ahora casi puede encontrar en su corazón para recibir a favor al asesino de su hermano! ¿Cómo podemos excusar a David del pecado de Elí, quien honró a sus hijos más que a Dios?

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