Todo lo que Dios hace, será para siempre. Todos los consejos o decretos de Dios son eternos e inmutables. No se le puede imponer nada. Los hombres no pueden hacer nada contra el consejo y la providencia de Dios, ni obstaculizar ninguna obra o acto de ellos. Dios hace que los hombres teman ante él que, por la consideración de su poder, al disponer de todas las personas y cosas, los hombres aprendan a confiar en él, a someterse a él, a temer ofenderlo y con más cuidado. estudia para complacerlo.

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