Sea prudente en todo. Estamos en peligro de perder el camino por la derecha y por la izquierda, y corremos nuestro riesgo si lo hacemos, por lo que tenemos que mirar a nuestro alrededor. Un hombre puede arruinarse a sí mismo por mero descuido, pero no puede salvarse a sí mismo sin gran cuidado y circunspección. Particularmente dado que la idolatría era un pecado al que eran muy adictos, y al que serían muy tentados, deben esforzarse por borrar el recuerdo de los dioses de los paganos, y deben dejar de usar todas sus formas supersticiosas de hablar, y nunca mencionarlas sino con detestación. En las escuelas y academias cristianas, (porque es en vano pensar en reformar las casas de juegos), era de desear que los nombres y las historias de las deidades paganas, o más bien los demonios, no se usaran de manera tan común y familiar.

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