Yo soy el Señor que te sacó de Ur de los caldeos. De allí Dios lo trajo mediante un llamado eficaz; lo trajo con gracia y violencia; lo arrebató como un tizón de la quema. Observa cómo Dios habla de ello como aquello de lo que se glorió. Yo soy el Señor que te sacó. Él se gloría en ello como un acto tanto de poder como de gracia. Para darte esta tierra para heredarla No solo para poseerla, sino para poseerla como herencia, que es el título más seguro. La providencia de Dios tiene designios secretos pero bondadosos en todas sus diversas dispensaciones; no podemos concebir los proyectos de la providencia, hasta que el evento muestre lo que estaba tomando medidas para lograr.

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