Mantengamos firme la profesión de nuestra fe O, más bien, de nuestra esperanza , como el manuscrito más aprobado, de hecho todos menos uno, lee la cláusula. El apóstol se refirió a esa profesión o confesión de su esperanza de vida eterna, que los creyentes hacían en su bautismo. Por ser hijos de Dios, y herederos por la fe en Cristo, ( Juan 1:12 ; Gálatas 3:26 ,) tenían un indudable derecho a esperar la herencia celestial: sin vacilar Sin ceder a ninguna duda o temor en un caso donde tenemos una evidencia tan certera e indudable; o indiferente a las amenazas de nuestros perseguidores. Porque es fiel el que prometióEs decir, todas las promesas de Dios nos serán cumplidas, si continuamos firmes. Y considerémonos unos a otros Reflexionemos seriamente sobre las tentaciones, las pruebas, las debilidades, los fracasos y otras circunstancias que nos asisten unos a otros, para que podamos juzgar qué influencia podemos tener unos sobre otros para nuestro beneficio mutuo: y especialmente para provocar y excitarnos. unos a otros para amar a Dios, a su pueblo ya toda la humanidad; ya las buenas obras De todo tipo, los propios frutos del amor.

No renunciar a reunirnos para el culto público o social; como la conducta de algunos es por temor a la persecución, o por una vana imaginación de que están por encima de las ordenanzas externas; sino exhortándonos unos a otros a la constancia en la fe, el celo y la diligencia en todas las obras de piedad y virtud; y tanto más como veis que se acerca el díaEse día terrible, en el que debemos comparecer ante el tribunal de Dios, precedido por el día de la muerte, que se acerca cada vez más, y fijará nuestro carácter y condición para siempre. Como también ese día de venganza que viene sobre la nación judía, que Cristo ha descrito como un emblema tan terrible del día del juicio final y la conflagración del mundo. Por lo que Cristo había dicho acerca de la destrucción de Jerusalén y el templo, y las terribles calamidades que aguardan a los judíos, como eventos que deberían suceder durante la vida de algunos que habían estado presentes con él unos treinta años antes de la fecha de esta epístola, estos hebreos Podría inferir que estos juicios estaban ahora cerca, y sin duda podría verlos acercarse, por la aparición de aquellas señales que nuestro Señor había dicho que los precederían.

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