Decid a los justos , sacerdotes y levitas, en vuestros sermones y exhortaciones al pueblo; que le irá bien aun cuando esté enfermo con los impíos y con la nación en general; porque comerán del fruto de sus obras. Dios será su salvaguardia y su porción en la calamidad común; por tanto, que no teman, sino que se comprometan a sí mismos ya todo lo que tienen a su protección y se resignan a su disposición. O estarán escondidos en el día de la ira del Señor , o tendrán apoyos y consuelos divinos, que abundarán en proporción a la abundancia de pruebas y angustias. “Esta es una frase admirable para apoyar las almas de los piadosos, en medio de todas las calamidades de esta vida.

Dios no abandonará a quienes verdaderamente le aman y le sirven. Esto nos lo enseña la razón; esto, lo confirma la experiencia de todos los tiempos; y es la constante y confortable doctrina de la palabra de Dios. El evento debe y será feliz para el buen hombre ". Ay de los impíos , etc. Estos duros juicios están diseñados contra ellos, y ciertamente los descubrirán, aunque aquí estén mezclados con los justos. Así como la felicidad, ya sea en este mundo o en el próximo, es, por determinación divina, la consecuencia cierta de la justicia, lo contrario es la consecuencia cierta de la maldad.

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