Ponte ahora con tus encantamientos. Persiste en estas prácticas. En lo que te fatigaste desde tu juventud, desde el principio de tu reino. Porque los caldeos de todas las edades eran famosos, o más bien infames, por el estudio y la práctica de estas artes. Estás cansado de tus consejos. Has gastado tu tiempo y tus fuerzas yendo de uno a otro, probando toda clase de experimentos, y todo sin ningún propósito. Dejemos ahora que los astrólogos, etc., se pongan de pie para socorrerte o para preguntarte por ti. He aquí, serán como rastrojo. No tendrán más poder para resistir las calamidades que les sobrevendrán que el rastrojo para resistir la violencia del fuego. No se librarán de la llamaY mucho menos a ti. No habrá carbón para calentar , etc. Serán totalmente consumidos, y todo el consuelo que esperabas de ellos desaparecerá por completo. Así serán para ti criaturas tan desamparadas e indefensas, a saber, tus hechiceros, astrólogos, etc. con quien has trabajado, en quien has gastado tu tiempo, dolores y dinero; incluso tus comerciantes o negociadores , como el obispo Lowth traduce סחרין, con quienes has tenido tantas relaciones y tantos tratos.

Cada uno vagará a su barrio. O, como algunos interpretan el significado, "vagarán por todos los caminos que puedan hasta los límites extremos de tu imperio, para salvarse de la calamidad general". Nadie te salvará de tu ruina inminente, pero todos te dejarán perecer sin ayuda y sin esperanza. Observa, lector, que ellos, y solo ellos, son seguros y felices, quienes, con fe y oración, tratan con uno que siempre será una ayuda presente en tiempos de angustia para aquellos que huyen a él en busca de refugio y confían en él.

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