No escuchéis a vuestros profetas ni a vuestros adivinos.Estas naciones, debe observarse, tenían sus profetas al igual que los judíos, o más bien personas que pretendían predecir acontecimientos futuros consultando las estrellas, mediante sueños y diversas artes de adivinación. ; y ellos, para complacer a sus patrocinadores, los adulaban con la seguridad de que el rey de Babilonia no los pondría en sujeción y servidumbre. Por estos medios se proponían animarlos a una vigorosa resistencia: y aunque no tenían fundamento para tal expectativa, esperaban con ello prestarles un servicio. Pero Jeremías aquí les dice que resultaría para su destrucción; porque al resistir provocarían que el conquistador los tratara con severidad, los expulsara de su tierra y los expulsaraen un cautiverio miserable, en el que serían sepultados en el olvido y perecerían. Pero las naciones que someten su cuello al yugo , etc. Que, a la primera convocatoria, o sin hacer oposición hostil, se someterán al rey de Babilonia, continuarán en su propio país y posesiones, siendo sólo tributarios de ese rey.

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