Porque he oído la voz de una mujer en dolores de parto. Aquí Jerusalén es descrita de forma muy patética por el carácter de una mujer que sufre los dolores de su primer parto, cuando tanto sus dolores como sus temores suelen ser mayores. Tal, dice el profeta, será la angustia de Jerusalén, lamentando la pérdida de sus hijos por la espada devoradora de los caldeos, y en vano implorando consuelo y ayuda. Que extiende sus manos, etc. Extender las manos es el gesto de quien muestra la impotencia de su condición e implora la ayuda de los demás.

"Ingemit, et duplices tendens ad sidera palmas, Talia voce refert".

VIRGIL ÆN., I. 50:97.

"Golpeado por un susto inusual, el jefe troyano, con las manos y los ojos abiertos, invoca alivio". DRYDEN.

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