Los grandes hombres no siempre son sabios. Es decir, hombres de eminencia por su edad, o erudición, o dignidad y poder, como parecen haber sido los tres amigos de Job; ni los ancianos (siempre) entienden el juicio Lo que es justo y correcto; o el juicio de Dios, y los métodos y razones de sus administraciones. Por eso dije Dentro de mí, y ahora lo digo con mi boca; Escúchame especialmente, Job, que estás más interesado, y tus amigos contigo. Yo tambien mostrare mi opinion

Te diré lo que pienso sobre este asunto.

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