Aquí está el dicho verdadero Ese proverbio común; Uno siembra y otro cosecha. Él alude a lo que sucede a menudo, a saber, que después de sembrar su campo, un hombre muere antes de recoger la cosecha, y así se la deja a otro, que disfruta de la ventaja de sus dolores. Pero la aplicación que nuestro Señor hace aquí de este refrán, no implica ningún descontento en las personas que siembran sin cosechar, como parece suceder en los usos comunes; porque se representa al sembrador y al segador regocijándose juntos en las recompensas de su cultivo espiritual. Te envié a cosechar ese El fruto de eso; con lo cual no disteis ningún trabajo, ningún trabajo de labrar o sembrar la tierra.

Otros hombres trabajaron , a saber, los antiguos profetas, sembrando las semillas de la piedad y la virtud entre los judíos, y así se expusieron a grandes penalidades, persecuciones y sufrimientos. Y habéis entrado en sus labores. Estáis empleados para cosechar el fruto de esa semilla que con gran dificultad sembraron, porque estáis reuniendo en el reino de Dios, en la iglesia del evangelio aquí, y en el reino de gloria en el más allá, a aquellos que , por los escritos de los profetas, habiendo sido dotados de un sentido de religión, están preparados para entrar en ella.

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