Y he aquí, una torta cayó sobre la hueste de Madián. Una cosa débil y despreciable, y en sí misma tan incapaz de derribar una tienda como de remover una montaña; pero, arrojado por una mano divina, derribó todo lo que tenía ante sí. Su compañero respondió, &C. Como hay muchos ejemplos de sueños significativos, dados por Dios a los paganos, algunos de ellos tenían el don de interpretar sueños; lo que a veces hacían por dirección divina, como en este caso. Porque es evidente que Dios influyó en la mente de este hombre, para dar esta interpretación al sueño de su compañero, para aliento de Gedeón; de lo contrario, considerando la numerosa hueste de los madianitas y la pequeña fuerza que tenía Gedeón, no parece probable que un soldado madianita haya entretenido tal conjetura; y uno puede observar que el soldado habla como si estuviera bajo alguna influencia profética. En su mano ha entregado Dios a Madián y a todo el ejército. Es cierto, al menos, que la mano de Dios estuvo en este asunto, que Gedeón debería ser dirigido a esta tienda en particular, y que el soldado debería estar contando su sueño en ese mismo momento.

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