Una suerte para el Señor que le será sacrificada sobre su altar. Tanto este como el otro macho cabrío tipificaron a Cristo; esto en su muerte y pasión por nosotros, eso en su resurrección para nuestra liberación. La otra suerte para el chivo expiatorio Los médicos judíos nos dicen que este macho cabrío, sobre el que se transfirieron los pecados de la nación, estaba cargado de todas las marcas de reproche e imprecaciones, y que la gente rezaba para que todos esos males que pensaban debido a ellos mismos podrían caer sobre él. Así fue Cristo hecho maldición por nosotros, mientras que sobre él fueron puestas las iniquidades de todos nosotros.

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