El que ama la pureza de corazón, el sencillo o sincero, y aborrece el disimulo; cuyo corazón está tan libre de engaños que pone su placer en la integridad de su mente y la pureza de su conciencia; por la gracia de sus labios Por esos discursos llenos de gracia que fluyen natural y comúnmente de un corazón puro, o cuyo discurso es lleno de gracia y sinceridad; el rey será su amigo. Los hombres más grandes desearán, o deberían, desear y valorar mucho el conocimiento y el consejo de tales personas, más que de los impostores y aduladores, de quienes generalmente están rodeados.

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