Quien guarda la higuera , es decir, la cuida y la protege de las sequías, las alimañas o las fieras, etc. comerá de su fruto. Participará de su agradable fruto a su debido tiempo; así el que espera a su amo, que le sirve fiel, prudente y diligentemente; será honrado Recibirá el respeto y la recompensa que se merece. Él menciona la higuera, porque tales árboles abundaban en Canaán, y eran valorados y considerados más que otros árboles.

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