¿No tienen conocimiento los que hacen iniquidad? ¿Han perdido los sentidos? ¿No tienen religión ni discreción común, cualquiera de las cuales podría enseñarles a no luchar contra la Omnipotencia, a no buscar la muerte, la muerte eterna y la destrucción, en el error de su vida, a no precipitarse voluntariamente a la ira de Dios y provocar la venganza del fuego eterno. Que devoran a mi pueblo, que los devoran y destruyen, es decir, el pueblo de Dios, los israelitas pobres y piadosos; como comen pan con tan poco pesar o remordimiento, y con tanta codicia, deleite y constancia también, como solían comer su carne. No invocan al SeñorSon culpables, no sólo de una gran injusticia hacia los hombres, sino también de una horrible impiedad y desprecio de Dios, que niegan su providencia y descuidan por completo, si no desprecian, su adoración. ¡Extraño! ¡Que todos sean así de insensatos, no sólo para herir y oprimir a mi pobre pueblo inocente, sino para ser crueles y desprovistos de toda piedad hacia ellos, y desechar igualmente toda religión!

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