¿Todos los que hacen iniquidad no tienen conocimiento? que devoran a mi pueblo como comen pan, y no invocan al SEÑOR.

Ver. 4. ¿Todos los que hacen iniquidad no tienen conocimiento? ] No, no tanto como la esposa de Pilato tuvo en un sueño; porque si no, se preocuparían de tener algo que ver con esos hombres justos. Pero son hacedores de iniquidad, habituados y endurecidos en la crueldad, carnosos en sangre; y teniendo una pezuña en el corazón, de modo que sean dueños de su conciencia y hayan tomado un rumbo con ellos. En esta pregunta que se hace aquí, el salmista no tanto quaerere como queri, pregunta como reprende y se queja.

Que se comen a mi pueblo como comen pan ] Es decir, cotidianeidad, todos los días, dice Austin; tan debidamente como comen pan; o, con el mismo afán y voracidad. Estos devoradores de hombres, estos Dαοβοροι, caníbales crueles, no hacen más conciencia para deshacer a un pobre que comer una buena comida cuando tienen hambre. Como lucios en un estanque, o tiburones en el mar, devoran a los más pobres, como aquellos a los peces menores; y eso muchas veces con un plausible consumo invisible; como el usurero, que, como el avestruz, puede digerir cualquier metal, pero sobre todo el dinero.

No invocan al Señor ] a saber. Para una bendición sobre ese pan, como algunos lo sienten; ¿Cómo habrían de hacerlo, si Dios los aborrece? Salmo 10:3 . Pero es mejor tomarlo por descuido del deber de la oración; le roban a Dios su adoración interna y externa, y por eso lo tratan peor que los idólatras con sus deidades del muladar, a quienes no dejan de invocar.

Estos no cometerán ninguna falta en el servicio de Dios; y asegúrese de que su oración (como la de Amán, Est 7: 7) nunca se convierta en pecado. Si oran en extremo (como entonces un Joab se aferrará a los cuernos del altar), es como los mendigos ciegos se ven obligados a pedir, aunque no saben de quién.

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