Por todas las riquezas, etc. — Aquí se ofrece otra razón para justificar a Jacob. Las hijas de Labán se quejan justamente del trato de su padre, quien se había comportado con ellas como si fueran esclavas, no hijas; y afirmar, que el Dios misericordioso que había bendecido tanto a su esposo, aquí sólo había causado que Labán hiciera involuntariamente lo que debería haber hecho libremente; sólo les había administrado esa justicia, y les había dado las riquezas que su padre había retenido: en consecuencia, no podía ser perjudicado por el envío divino de ellas a los propietarios adecuados.

REFLEXIONES.— El gran aumento de Jacob se convierte ahora en una trampa peligrosa; pero Dios lo convierte en el medio para apresurarlo a regresar a casa lo antes posible. Tan fácilmente puede su providencia convertir nuestros peligros en bendiciones.

1. Los hijos de Labán contemplaron con indignación los rebaños de Jacob, y hablaron como si solo quisieran una ocasión para recuperar el fruto de su trato. Ellos contaron toda su parte, y vieron a sus ovejas engrandecidas con los ojos de la codicia; mientras que el mismo Labán, aunque no dijo nada, mostraba en su rostro los mismos sentimientos.

Nota; (1.) Las mentes envidiosas no pueden soportar que otros prosperen más que ellos mismos, especialmente en su propia profesión. (2.) Las cosas de este mundo parecen gloriosas para aquellos que ponen su felicidad en ellas; pero son pequeñas a los ojos de aquel que ha visto por fe las glorias de un mejor.

2. En ese momento, Jacob decide irse, bajo la guía y dirección divinas. El Dios de Beth-el, a quien le debía todo su éxito, quien le indicó con una visión cómo actuar, ahora le pide que se vaya y lo protegerá a su regreso. Nota; (1.) Cuando aumenta la prosperidad mundana, estamos más tentados a tomar nuestro descanso aquí; Entonces es bueno pensar en nuestro hogar en el cielo. (2.) Si bien nuestras bendiciones mundanas vienen como bendiciones del pacto, son doblemente dulces. (3.) Cuando hayamos salido bajo la guía de Dios, no debemos temer regresar sanos y salvos.

3. Da a conocer a sus esposas su resolución, pero en privado, por temor a Labán, y les da sus razones. Nota; El esposo, en asuntos de importancia para su familia, debe consultar a su esposa, quien, como socia de su fortuna, debe ser la socia de su corazón. Ellos consienten de buena gana, conscientes de la veracidad de sus quejas y de la justicia de sus argumentos. Lo que Jacob había recibido no era solo su salario, sino su justa porción; prefieren, por tanto, a su marido, como hijo, a la casa de su padre, y están dispuestos a ir a donde quiera o a lo que Dios quiera llamarlo.

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