Se paró y midió la tierra; se paró y midió la tierra; contempló y esparció las naciones: Se dispersaron los montes eternos, se inclinaron los collados eternos; los caminos eternos abrieron a su Señor. Verde; quien observa que era costumbre que un conquistador, tan pronto como tomara posesión de un país, lo midiera y lo dividiera entre su pueblo; Así David, triunfaré y dividiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot. Por tanto, se representa a Jehová, que toma posesión de la tierra de Canaán tras la huida y la cesión de sus habitantes culpables, dividiéndola entre las tribus de Israel.

Este pasaje es extremadamente poético; donde no sólo los habitantes de Canaán, sino la tierra misma se representa como golpeados con terror consciente ante la proximidad de Jehová. El hebreo לו lo, se traduce poseído por su Señor, porque el sentido literal de la misma, fueron para él, o de su lado, equivale a lo mismo.

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