Los que eran de la circuncisión se opusieron a él: - ¡ Qué buen argumento, sea éste, contra la supremacía de San Pedro, no contra la inspiración de los apóstoles! pues sólo prueba que algunos que no comprendían bien los principios sobre los que actuaban, se encargaron de ellos, sin razón, para acusar su conducta; y, en consecuencia, no les prestó una deferencia favorable a este respecto. Muestra claramente la poca deferencia que se le daba a las personas incircuncisas, independientemente de la profesión que pudieran hacer de adorar al Dios de Israel.

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