2. Razonaron con él. La obstinación suele acompañar al error. Esto era ahora una falta por tener una ignorancia demasiado grosera, en el sentido de que no recibían silenciosamente a los gentiles en su seno, unidos a ellos por el mismo Espíritu de fe. Pero no solo retroceden, sino que también luchan contenciosamente con Peter y lo culpan por su hecho, que mereció grandes elogios. Oyen que los gentiles han abrazado la Palabra de Dios; ¿Qué les impide entonces abrazarlos, para que puedan unirse (724) bajo el gobierno de un Dios? ¿Por qué más vínculo sagrado puede haber, que cuando todos los hombres, con un solo consentimiento, están unidos y unidos a Dios? ¿Y por qué no deberían aquellos crecer juntos en un solo cuerpo que hace del Mesías de Dios su cabeza? Pero debido a que vieron la forma externa de la ley quebrantada, pensaron que el cielo y la tierra iban juntos. (725)

Y tenga en cuenta que aunque Lucas dijo antes que los apóstoles y los hermanos habían escuchado esta fama, no habló nada ofensivo; pero él trae ahora, por así decirlo, una nueva secta de hombres, que sí contiende con Pedro. Los hermanos, dijo él, oyeron, y allí un fin; se deduce que, cuando Pedro vino a Jerusalén, los que pertenecían a la circuncisión sí se enfrentaron con él, que sin duda no se parecía al primero; De nuevo, estas palabras περιτομης no significan simplemente a los judíos, sino a aquellos que eran demasiado adictos a guardar las ceremonias de la ley. Porque no había nada de Jerusalén en el rebaño de Cristo en ese momento, solo aquellos que fueron circuncidados. ¿De quién, entonces, podría distinguir a esos hombres? Por último, parece ser algo diferente a lo cierto que los apóstoles, y aquellos que eran moderados por el número de fieles, intentaron este combate. Aunque se habían ofendido, podrían haber consultado en privado con Peter y haber exigido alguna razón de su hecho. Por estas razones, me muevo a pensar que se dice que son de la circuncisión que hicieron tan gran cuenta de la circuncisión, que no le otorgaron a nadie un lugar en el reino de Dios, a menos que él asumiera la profesión de la ley, y, al ser admitido en la Iglesia por este rito sagrado, pospuso la impureza.

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