Cierto hombre, cojo desde el vientre de su madre ... La inveteración de la enfermedad de este hombre, la notoriedad de la misma para la mayoría de los judíos, debido al lugar donde fue puesto, sin mencionar otras circunstancias que aquí ocurren, fueron suficientes para probar la realidad del milagro, y hacerlo más conspicuo. La puerta aquí llamada hermosa, por su riqueza y curiosa mano de obra, es llamada por Josefo "La puerta de Corinto". Aproximadamente ciento ochenta años antes de esto, los romanos habían tomado y quemado la ciudad de Corinto ; y, en la quema de la ciudad, multitud de estatuas e imágenes de bronce, oro y plata, fundiéndose y derramando juntas, hicieron esa mezcla que de allí se llamó bronce corintio, y que los antiguos valoraban más que el oro o la plata.

Esta puerta, en el lado este del templo, estaba hecha de ese bronce, y excedía a las otras puertas en sus dimensiones y en su mano de obra, así como en la riqueza del metal, aunque la mayoría de ellas estaban cubiertas con plata u oro. Tenía treinta cúbitos de alto y quince de ancho, y fue añadido por Herodes el Grande.

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