Isaías 38:8

He aquí, volveré a traer, etc. El dial que se usaba entre los judíos era una especie de escalera; la hora del día no se distinguía por líneas, sino por pasos, aquí llamados grados; y la sombra del sol avanzaba un nuevo grado cada media hora. Los médicos judíos y los antiguos padres cristianos opinaban que el sol mismo en realidad retrocedía. Se esfuerzan por apoyar esta opinión mostrando que Merodach-baladan fue incitado por la vista de este milagro a enviar sus mensajeros a Ezequías; ver 2 Crónicas 32:31y como una confirmación más, añaden, que Herodoto realmente lo toma en cuenta en su Euterpe, cap. 142 donde afirma expresamente, que los egipcios habían observado extrañas alteraciones en el movimiento del sol, habiendo surgido cuatro veces fuera de su curso habitual. Aunque debe permitirse que esta observación sea cierta, no tenemos por tanto necesidad de admitir que el sol mismo o la tierra estaban retrógrados, es decir, que cualquiera de ellos retrocedió; todo lo que la Escritura requiere de nosotros es admitir el hecho de que la sombra retrocede, y esto puede explicarse sin suponer ningún movimiento poco común, ya sea en el sol o en la tierra.

No se requiere nada más para efectuar este fenómeno que un reflejo de los rayos del sol, y esto podría haber sido causado por una alteración en la densidad de la atmósfera. A esto se puede agregar que el original no menciona nada del sol, sino solo de sus rayos o sombra; y cómo sus rayos pueden ser modificados por un cambio realizado en la atmósfera, puede ser fácilmente concebido por cualquier persona familiarizada con la filosofía natural. Este esfuerzo por explicar el fenómeno de ninguna manera disminuye el milagro; porque asignamos la alteración de la atmósfera a la operación inmediata y extraordinaria de Dios; y toda intervención extraordinaria de la Providencia es esencial y propiamente un milagro. Observemos además que de ninguna manera ofrecemos esta solución excluyendo otras;Liberum de eo judicium lectori committo, dice Vitringa. Véase la disertación de Scheuchzer sobre el tema en su Physique Sacree, sobre 2 Reyes 20 .