8. Mire, traigo de vuelta la sombra de los grados. La señal que se le da aquí a Ezequías es el retroceso de la sombra en el reloj de sol, junto con el sol, diez grados por los cuales ya había subido, (78) es decir, había avanzado por encima del horizonte. Y este signo tiene una semejanza con el evento en sí, como lo hacen generalmente todos los demás signos; porque es como si él hubiera dicho: "Como está en mi poder cambiar las horas del día y hacer que el sol retroceda, así también está en mi poder alargar tu vida". En cuanto a que la sombra no retrocediera tantos grados como habían agregado años a su vida, eso era imposible, porque no había más de doce grados en el reloj de sol; porque el día se dividió por ellos en doce horas, más largas o más cortas, según el cambio de estación. Por lo tanto, no necesitamos darnos ninguna inquietud acerca del número; es suficiente que haya una correspondencia y semejanza manifiestas.

En el reloj de sol de Acaz. (79) Aquí los judíos hacen fábulas de acuerdo con su costumbre, y crean una historia, que el día en que murió Acaz fue menos de diez horas, y que Dios le había infligido justamente cuando un castigo por sus pecados fue revertido en beneficio de Ezequías; porque el acortamiento de un día era el alargamiento de otro. Pero no hay historia de esto, y es completamente indigente no solo de evidencia sino de probabilidad; Tampoco se dice nada sobre la muerte de Acaz, o sobre el cambio que tuvo lugar cuando murió, sino sobre el reloj de sol que había hecho.

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