Guarde silencio, etc.— Toda esta sección, relacionada con la anterior, constituye la cuarta parte del discurso. El profeta, teniendo en cuenta la subversión de la idolatría bajo el Mesías, tenía en la sección anterior, de Isaías 41:18Argumentó contra la idolatría, desde la esencia y naturaleza de Dios, el Supremo Creador y Gobernante del mundo, siendo tal que no puede ser representado por ninguna materia o figura corpórea. A esta disputa añadió un consuelo, dirigido al pueblo de Dios, desde el versículo 27 hasta el final del capítulo anterior. Por lo tanto, después de este paréntesis consolador, continúa o renueva su disputa contra los idólatras con un argumento tomado de la presciencia cierta de Dios y la predicción de los eventos futuros: del cual elige al notable respecto a Ciro, como el libertador del pueblo de Dios y destructor de Babilonia: un evento completamente desconocido para los ídolos e idólatras, y, por lo tanto, un asombro para las naciones; y, sin embargo, un evento que Dios predijo hace mucho tiempo exactamente en cada circunstancia por nuestro profeta.

Aquel que pueda predecir así sucesos futuros, insta el profeta, debe poder poseer la verdadera divinidad. El que no puede, no tiene derecho a ese honor; porque la predicción de eventos futuros depende del conocimiento previo seguro de esos eventos; pero esa presciencia sólo puede concebirse en el entendimiento de ese Soberano Gobernante, cuya providencia está sobre todas las cosas. Toda esta sección, excepto la parte consoladora, se emplea para probar esto; y el profeta más bien hizo uso de este argumento, porque el paganismo se enorgullecía tanto de sus falsas profecías y oráculos. Aquí, entonces, Dios se exhibe como apareciendo en público, y preparándose para disputar con los idólatras por su verdad y gloria; y, por tanto, las islas y los pueblos, todas las naciones del mundo, están convocados para defender su causa; y se ordena un silencio espantoso, según las formas observadas en los tribunales de justicia: tanto en este versículo como en el versículo 21, las expresiones y las ideas se toman de esos tribunales. La frase,Que el pueblo renueve sus fuerzas, significa: "Que se preparen y salgan a la causa, dotados de toda la fuerza de los argumentos y la razón que sean capaces de adquirir".

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