Y me llevé testigos fieles para que los registraran: estos testigos fueron llamados para firmar el instrumento o escrito en el que Isaías, según el mandato de Dios, debía escribir el nombre mencionado en el versículo anterior. No se debe suponer que fueron testigos de un nuevo matrimonio, ya que no hay indicios de ello, y como se desprende del capítulo anterior, Isaías 8:3 que Isaías estaba casado.

Este instrumento debía ser firmado y conservado como testimonio público del tiempo y la forma de la entrega de esta profecía y, en consecuencia, de su verdad y divinidad. La esposa de Isaías podría llamarse profetisa, por ser la esposa de un profeta; o posiblemente ella misma podría estar dotada del don de profecía.

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