Y tomé para mí testigos fieles, el sacerdote Urías, y Zacarías hijo de Jeberequías.

Ver. 2. Y tomé para mí testigos fieles. ] Así podrían ser, y sin embargo, no hombres piadosos; como se decía que Galba y nuestro Ricardo III eran hombres malos, pero buenos príncipes. Algunos piensan que este Urías fue el mismo que trajo el altar de Damasco. Quizás había estado mejor, pero al final se rebeló; como Demas, de quien Doroteo dice que se hizo sacerdote en un templo de ídolos en Tesalónica; y Damascen, que se volvió musulmán, como escriben algunos. Zacarías, el otro testigo, era un hombre de gran eminencia, como abuelo, por parte de la madre, del buen Ezequías.

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