Que me has dado a luz a un hombre de contienda— El profeta aquí se queja de la oposición que encontró de sus compatriotas por decir verdades desagradables, que le habían ocasionado tanta inquietud, como si se hubiera dedicado a la más odiosa de todas las ocupaciones, y el más propenso a engendrar contiendas, el de prestar y pedir prestado sobre la usura.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad