(k) ¡Ay de mí, madre mía, por haberme dado a luz un hombre de contienda y un hombre de discordia para toda la tierra! No he (l) prestado con intereses, ni los hombres me han prestado con intereses; [sin embargo] cada uno de ellos me maldice.

(k) Por estas son las palabras del profeta, quejándose de la obstinación del pueblo y de que estaba reservado para un tiempo tan perverso: en el que también muestra cuál es la condición de los ministros de Dios, es decir, tener todo el mundo en contra. ellos, aunque no dan oportunidad.

(l) Lo cual es una oportunidad para la contención y el odio.

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