¿No les dio Moisés la ley? Hay una belleza notable en este repentino cambio de sentimiento. Algunos judíos llamaron a Jesús un falso profeta, porque había sanado al paralítico en Betesda en el día de reposo, ver Juan 7:21 pretendiendo que era una grave violación de la ley de Moisés, que ningún buen hombre, y mucho menos un profeta, sería culpable de. En respuesta a estas malas conjeturas, les dijo claramente que, por mucho que fingieran reverenciar la autoridad de Moisés en la ley, no tenían ningún escrúpulo en violar el más sagrado de sus preceptos.

Habían tomado la resolución de asesinarlo, directamente en contra de todas las leyes de Dios y de los hombres; y con el mismo fin estaban tramando secretos contra su vida. Esta reprensión llegó con singular corrección y fuerza inmediatamente después de que Jesús demostró su comisión divina con los argumentos más convincentes.

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