El que oculta el odio, etc. La LXX dice: Los labios honestos ocultan el odio; pero los que profieren reproches son los más necios; y el siríaco, los labios de los impíos esconden odio; y el que profiere maldición es necio.Nada más fácil que ocultar la malicia. Disimular, que es mentir, lo hace con mucha seguridad; pasará mucho tiempo antes de que se descubra; y el pronunciar, el transmitir una calumnia, no produce un ruido tan presente que el autor pueda ser discernido; sin embargo, con todo su oficio, es un tonto y quiere tanto sentido como honestidad. Descubrirá que es observado por Aquel que puede ordenarle que se le pague con su propia moneda, y poner sobre él a una persona más malvada que él, para prepararle una condenación antes de que sea juzgado o escuchado: como amaba las calumnias, y se deleitan en las injurias y la mentira, por lo que lo cubrirán como un vestido, y lo poco bueno que hay en él de los ojos de todos los hombres. Para completar su miseria, no encontrará a nadie que se compadezca de él; y cuando su calumnia sea máxima, todos los que lo conocieron lo pensarán menos de lo que merecía: su posteridad heredará su infamia; y su pecado y su castigo serán recordados de generación en generación.

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