Quisiera que todos hablaran en lenguas. - Para evitar el peligro de malentendidos o tergiversaciones, el Apóstol afirma enfáticamente aquí que el error que está combatiendo es la exaltación indebida del don de lenguas en detrimento de otros dones. El maestro de la verdad religiosa para los demás, que con ello edifica todo el edificio del cuerpo de Cristo, es más grande que el que se beneficia él mismo al poseer una emoción profunda pero incomprensible.

Excepto que él interprete. - El don de interpretación podría, por tanto, pertenecer a la misma persona que tenía el don de lenguas: y si tuviera este poder de articular en beneficio de otros la emoción que expresa incoherentemente en la ensoñación, entonces el don de lenguas fue útil para el Iglesia en general, y por eso era tan valiosa como la profecía.

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