La redacción de este pasaje deja ambiguo si tenemos aquí dos ilustraciones de la ignorancia del hombre, o sólo una; ya sea que entendamos que el versículo declara que no conocemos ni el camino del viento ni el crecimiento del embrión, o si, reteniendo la traducción "espíritu", consideramos que todo el versículo se relaciona con el último tema. (Comp. Juan 3:6 ) La palabra para "la que está encinta" aparece en ese sentido aquí sólo en el Antiguo Testamento, y en hebreo posterior.

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