María guardó todas estas cosas. - Suponiendo que toda la narración se remonta a la propia Virgen como primera autora, estos breves y sencillos toques sobre sus propios sentimientos son de singular interés. Todavía no podía entender todo lo que se había dicho y hecho, pero lo recibió con fe y esperó hasta que se aclarara. Le bastaba saber que su Hijo era, en cierto sentido, el Hijo de Dios y la esperanza de Israel. El contraste entre la simplicidad y pureza de la narrativa de San Lucas y los detalles fantásticos y a menudo lascivos del Evangelio apócrifo de la infancia es muy sugerente.

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