Tu fe te ha salvado. - Desde el punto de vista meramente controvertido, estas palabras tienen valor al adscribir la justificación o salvación de la mujer a la fe y no al amor. Aquellos que profundizan más que la controversia encontrarán en ellos la lección adicional de que el amor presupone la fe. No podemos amar a nadie, ni siquiera a Dios, a menos que primero confiemos en Él como digno de nuestro amor. Ella confiaba en que el Profeta de Nazaret no la despreciaría ni la rechazaría, y por eso lo amaba, mostraba su amor en los actos y, amándolo, amaba, consciente o inconscientemente, al Padre que lo había enviado.

Ve en paz. - La forma griega es algo más expresiva que la inglesa. Nuestro idioma difícilmente nos permite decir "Id a la paz" y, sin embargo, ese es el significado exacto del original "Paz" es como un nuevo hogar al que se le pide al penitente que se dirija como un lugar de refugio.

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