Dejad a los niños, y no se lo prohibáis ... - San Marcos añade que Jesús “estaba muy disgustado” y lo representa reproduciendo casi verbalmente la enseñanza de Mateo 18:3 . La ternura de su simpatía se encendió en indignación ante la áspera indiferencia de los discípulos. Como en miles de personas cuyas vidas han sido modeladas según Su modelo, el amor a los hijos no fue más débil, sino más fuerte, precisamente porque no dependía de ninguna relación humana, sino que brotó de que Él veía en ellos a los hijos de Su Padre.

De tales es el reino de los cielos. - Es decir, el reino de los cielos pertenece a tales como éstos, es de ellos como por herencia.

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